Expo arte y medicina
CREATIVIDAD Y MEMORIA II
Dibujos de Sofía Sabsay
Por Mg Micaela Patania, Curadora del Programa “ALMA-Arte y Medicina” , graduada en la Escuela Superior de Bellas Artes, con formación en las Maestrías en Comunicaciones (UCES) y en Museología (NYU). Becaria Fulbright- Fondo Nacional de las Artes. Ha desarrollado proyectos curatoriales para la Fundación Alon para las Artes y dirige el Programa ARTEMENTE.
La muestra de dibujos de Sofía Sabsay en el Salón de las Artes de la Asociación Médica Argentina forma parte del Programa Curatorial que desde 2016, dirige el Doctor Alfredo Buzzi bajo mi curaduría, y cuenta con auspicio de Diagnóstico Médico S. A., organización que como parte de su responsabilidad social empresaria ha realizado desde el 2016 un especial aporte a la identidad cultural colectiva.Diez años después de la muestra retrospectiva realizada en el Museo Sívori de la Ciudad de Buenos Aires, esta exposición en AMA, dedicada a sus dibujos y pasteles permite reflexionar sobre esta técnica, así como también acerca del desarrollo cognitivo aplicado a las artes.
En relación al dibujo, su práctica ha acompañado al ser humano desde los albores de la historia, siendo un medio fundamental para la expresión de ideas y pensamientos. La frase de Albert Einstein , “Si no puedo dibujarlo es que no lo entiendo” refleja la importancia de este instrumento, el que sin lugar a dudas, ha formado parte de la génesis de muchas obras de arte, ya sea como trabajos preparatorios de obras a ser realizadas en otras técnicas y soportes,o como primera comprensión y conocimiento del tema ha abordar.Los trabajos expuestos dan cuenta de momentos de una intensa actividad creadora de la artista, en los que unía mente y cuerpo, lo afectivo y lo imaginario alrededor de un tema, interviniendo la atención articulada a través de sistemas sintácticos y semánticos que dieron lugar a verdaderos aprendizajes, así como a la afirmación del lenguaje del dibujo a través de los trazos, de los grosores de la línea,
de la manera en que estas contrastan con el fondo, y por sobre todo, a la comunicación de sus emociones. Sofía experimentaba con soltura y espontaneidad el dibujo con lápices, fibras de colores, tintas, carbón y sepias, con todos estos medios aplicaba las potencialidades de la línea para captar al comienzo la realidad como vemos en el estudio sobre el caballo, la simplificación y la síntesis en alguno de los retratos la relación rítmica de los volúmenes en los estudios previos al diseño más geometrizado del catálogo para su muestra “Las Novias”, realizada en 1963 en una de las galerías de arte más importantes de Buenos Aires. En sus primeros bocetos las líneas fueron clara expresión de las reflexiones que había abordado en sus pinturas referidas a la condición femenina en la isla española de Santa Cruz de Tenerife, visita disparadora de estas pinturas y dibujos.
De 1982 a 1983 investiga la anatomía del cuerpo humano para luego sumar a los interiores de las imágenes elementos azarosos. Realizados con el lápiz negro, carboncillo y sepias, estas obras de lejos nos recuerdan el trabajo de un anatomista y de cerca nos remiten a la libertad de expresión del surrealismo cuya influencia generó la presencia en el interior del cuerpo humano de objetos, animales e imágenes de la ciudad, un cruce realidades diferentes que podemos apreciar a través de la presencia en la imagen del corazón de una tortuga, un péndulo, un cisne, una serpiente y un águila, en el torso de una espiral y una tuerca. Cabe destacar que estas obras fueron expuesta sen sus muestras en el Museo Mozzoni de Uruguay, en el Museo MASP de San Pablo y en la Biblioteca Nacional de Tokio. En 1994 realiza un homenaje a Berta Singerman a través de una serie de dibujos con marcadores, con gran síntesis en el uso de la línea supo reflejar las poses, los movimientos y gestos de la actriz en sus declamaciones, así como sus atuendos largos con capa. En 1999 sus trabajos siguiendo la impronta surrealista cambian la técnica por el uso de tintas sobre papelde arroz representando caracterizan animales. “Elefante” e “Iguana” son algunos de ellos, en menor tamaño cabe destacar “Serpiente con menina” por la combinación aleatoria de Velásquez y la menina con el pulpo, el caballito de mar y la amenazadora serpiente. La disociación de elementos era sin lugar a dudas el tránsito elegido por el camino del pensamiento divergente que le permitía alejarse de los estereotipos y de las pautas prexistentes.
De los análisis precedentes queda claramente definida la disposición de la artista en favor de la adquisición cognitiva, ese estado de curiosidad dotado de una valencia hedónica positiva que en Sofía se manifestaba como una inclinación en favor de la continuación y de la profundización de la actividad atencional. Es así como su experiencia estética a través del dibujo ha reflejado su sensibilidad referida a temas de su mundo, su necesidad de expresar interacciones cognitivas que se cristalizaban en experiencias atencionales de fuerte singularidad, y las representaciones de un tiempo que le fue propio. Esta fue la naturaleza misma de toda una vida en la que los desplazamientos de la temporalidad inherente a la realidad misma se validaban en pos de la visión extática de lo Bello.
Magister Micaela Patania
Curadora graduada en UNA, UCES y NYU